El curro de la religión y de su invención abstracta llamada dios.

Dios es una ficción absurda soñada por personas inadecuadas que renuncian a toda responsabilidad ante un amigo mágico invisible.
Sherlock Holmes (Benedict Cumberbatch)

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Muchas cosas se han dicho ya a lo largo de los últimos tres o cuatro siglos. Mucho este blog no puede agregar nuevo, pero sí podemos refrescar y analizar temas que ya la mayoría debe conocer.

Retomemos la frase "dios no creó al hombre, el hombre creó a dios".

Ciertamente es la humanidad la que crea significados, es la masa la que crea los signos lingüísticos. Pensemos que el Big Bang ocurrió hace unos 13.800 millones de años. ¿El hombre hace cuánto que está aquí deambulando? ¿40.000 años siendo totalmente exagerados y redondeando muy para arriba? El astrónomo, astrofísico, cosmólogo, astrobiólogo neoyorquino Carl Sagan ha propuesto el calendario cósmico, el cual compara esos 13.800 millones de años con un único año: de esta manera indica que si el Big Bang ocurrió un 1ro de enero a las 00:00, la aparición de los primeros seres humanos habrían ocurrido recién el 31 de diciembre a las 22:30. ¿Por qué dios esperó tanto para crearnos?

Es representativo pensar que los dinosaurios no tenían ni la menor idea de la existencia de dios. Ni siquiera la menor idea conceptual de su propia existencia. Uno no imagina a un dinosaurio diciéndole a otro: "Hola camarada. Te cuento que yo soy dinosaurio y vos también". Ni mucho menos, por supuesto, ponerse a debatir sobre la creación de un ser superior. La idea de "Dios" nace con el hombre. Es el hombre el que reconoce/postula la existencia de un creador del mundo. Es curioso pensar que en 13.800 millones de años nadie/nada se haya puesto a debatir de dónde veníamos y hacia dónde vamos. No imagino a nuestros antepasados dinosaurios reflexionando sobre la conveniencia o no de asesinar a un camarada pensando en que eso lo condenaría al infierno años después. La cultura es anterior a la naturaleza. Para que exista la naturaleza primero tiene que haber un hombre que indique "esto es naturaleza", para que existan los dinosaurios primero tiene que haber un hombre que diga: "eso es un dinosaurio". Los dinosaurios por sí solos no sabían que eran dinosaurios. Ni las plantas saben que son plantas. Es el hombre quien conceptualiza absolutamente todo.

En este aspecto podemos pensar que dios es exactamente tan igual de real como Papá Noel. Es el hombre el que inventó a dios, así como Coca Cola, si bien no lo inventa, populariza a Papá Noel. Acá ocurre algo curioso. Todos sabemos que Papá Noel no existe, pero al mismo tiempo sí existe: el lector sabe a "qué" me refiero cuando menciono a Papá Noel. De una u otra manera Papá Noel existe. Todos saben quién es, cómo es, qué hace y de qué se trata. Exactamente igual que los fantasmas. Los conceptos abstractos de "dios", "Papá Noel" y "fantasma" existen. Son significantes con significado (impuestos/creados por el hombre). La maléfica trampa que nos ponen los religiosos es que los cientificistas no podemos comprobar la no existencia de algo. ¿Cómo hacer para comprobar que algo no existe? Es imposible. Ellos van por la negativa (es decir que nosotros comprobemos que no existe). La ciencia va por la positiva. ¿Cómo comprobar que los fantasmas no existen?

Ahora bien, ¿cómo se crea una "irrealidad"? La respuesta es obvia: con el lenguaje. Eso que nos diferencia, por ejemplo, de los dinosaurios. Antonio López Eire filólogo español, catedrático en la Universidad de Salamanca nos muestra, analizando al sofista Gorgias, qué es lo que puede lograr a través de la palabra: “El lenguaje no es herramienta fiable para el conocimiento de la realidad. Es más, el abismo que separa la realidad de nuestro conocimiento o figuración de ella a través del lenguaje es tan enorme e insalvable, que incluso puedo imaginar con palabras y relatar con palabras también cosas o sucesos que ni han ocurrido nunca ni habrán de suceder jamás porque son imposibles, como, por ejemplo, una carrera de carros que corren sobre la superficie del mar."

Si uno piensa con palabras (porque se piensa con palabras) o comunica con palabras, con lenguaje, que los carros corren sobre la superficie del mar, ¿por eso tiene que ser posible que los carros corran sobre la superficie marina?

Eso es absurdo, pues asimismo puedo inventar la existencia de dos brujas monstruosas, Escila y Caribdis, que, apostadas a ambos lados de un estrecho, engullen cuantas naves intentan atravesarlo, o de Quimera, portentoso monstruo de cabeza de león, busto de cabra y cola de serpiente, que despide llamaradas por la boca, seres que –todos lo sabemos– en la realidad no existen pero que, al poder no obstante ser pensados y comunicados con palabras, nos persuaden de que el ser real no coincide con el que se piensa o de que el ser no se piensa o incluso de que el ser no existe".

Esta idea de invención artificial de un personaje ficticio, la muestra Jorge Luis Borges con exactitud cuando se refiere a dios: “¡Es la máxima creación de la literatura fantástica! Lo que imaginaron Wells, Kafka o Poe no es nada comparado con lo que imaginó la teología. La idea de un ser perfecto, omnipotente, todopoderoso es realmente fantástica. [..] Creo en la teología como literatura fantástica. Es la perfección del género.”

Se proponen más de una hipótesis conocida de por qué el hombre creó a dios. Pensemos en al menos dos: había un chanta que no quería trabajar. Supongamos un grupo x de agricultores que tenían que trabajar la tierra para subsistir. A uno de ellos se le ocurrió, para no tener que trabajar, inventarse una historia para contarles a sus colegas: "yo tengo un amigo todo poderoso a quien le puedo pedir de favor que convierta nuestras tierras en tierras más fértiles. Para eso ustedes tienen que darme una parte de las ganancias." Y así nació el primer cura que reza, llevándose el diezmo. Un atorrante que no quería trabajar.

Otra hipótesis es la ignorancia. Podemos verlo en los niños, siempre muy curiosos. La pregunta por antonomasia que se hacen ellos siempre es: "¿cómo se hacen los bebés?". Es innato en el hombre preguntarse por el origen. No imagino a un bebé dinosaurio/dinosaurio cachorro sentado pensando de dónde provenía. En tanto que los adultos también solemos preguntarnos por lo que hay más allá de la muerte. Ciertamente es que si el hombre no conoce la respuesta, la inventa. "Nos creó un ser superior" fue la respuesta que predominó desde los inicios del hombre, quien necesitaba tener una respuesta. Hoy en día suponemos que fue el Big Bang (igualmente la pregunta que todavía queda sin responder es qué había un segundo antes de esa explosión). Tener respuestas (aunque no sean acertadas) le da seguridad a la humanidad, no tenerlas la hace frágil. La creencia en dios da seguridad.

Este artificio llamado dios es el engranaje axial perfecto para poder ejercer con facilidad una dominación en un determinado (y enorme) grupo de personas. Los distintos símbolos ayudan a la iglesia a generar un sistema de elementos simbólicos (pueden ser dios, vírgenes, santos, etc.) que produce una uniformidad de creencias en la población. Cuando muchos creen en lo mismo, se simplifica la tarea de dominación.

Nos convoca hacer un par de reflexiones al respecto, las cuales tomarán algunas de las infinitas contradicciones que se le plantean a la religión. ¿Por qué motivo dios tiene que ser el nuestro (me refiero al que nos encajaron en Occidente, el padre de Cristo) y no el de otras culturas? ¿Hay una verdad absoluta de que el "nuestro" es el verdadero y no otro? Recuerdo que en Inglaterra los protestantes quemaban en la hoguera a los católicos en nombre "del verdadero dios". ¿Cómo se comprueba científicamente que el dios "verdadero" es el nuestro y no es ni Zeus, ni Mahoma, ni el Dios Sol, ni la Pachamama, ni Odín, ni Jupiter, ni vaya uno a saber qué otro candidato? (Este blog se reconoce como terriblemente ignorante en temas religiosos, apenas conoce qué es un bautismo: mojarle la cabeza a un bebé -sin su autorización- y con eso afiliarlo a la iglesia católica).

En otra tangente en la que podemos ver controversias es en el año nuevo. Los chinos van por el año (y festejan el año nuevo el 22 de enero), los judíos van por el año (y lo festejan en septiembre). ¿Quién nos puede asegurar que ellos estén equivocados y "nosotros" los que festejamos el primero de enero y que afirmamos estar en estamos en lo correcto? Si esto fuese una verdad irrefutable todos llegaríamos a un acuerdo en que fehacientemente es el año actual.

Vamos a suponer que en lugar de los europeos conquistar América, hubiese sido al revés. Yo no tengo ni idea quién es el dios al que le rezaban los aztecas, tengo entendido que el dios sol. ¿Por qué no tengo la menor idea? Porque los europeos se encargaron de desterrar, lavar cerebros y eliminar por completo a todos los dioses que no sean "el verdadero". De ahí que en mi ignorancia no tengo el dato. Pero con mi misma ignorancia sí conozco a Jesús. Los europeos se arrogaron la facultad de decidir quiénes eran "ídolos" "paganos" y quién el dios "verdadero". Ellos dictaminaron a los dioses "truchos" y al "verdadero". Casualmente el mismo que ellos pregonaban. El capítulo VI del libro Las nuevas aventuras de Robinson Crusoe representa fehacientemente la violentísima labor de un cura, cuya tarea va a ser la de convertir al cristianismo a los "salvajes" que creen en dioses paganos. Por intermedio de convencimientos psicológicos muy minuciosos hace sentir culpables incluso a concubinos que habían tenido descendencia sin estar casados, argumentándoles que eso ofendía al todopoderoso que los miraba desde el cielo. La tortura y la represión entonces no eran únicamente físicas, sino además psicológicas.

¿Qué hubiese ocurrido si los aztecas, que eran totalmente imperialistas también, hubiesen conquistado Europa? Imagínense una matanza/total desaparición de todos los cristianos de hace 500 años. Probablemente hoy no tendríamos ni la menor idea de quién fue Jesús. Tal vez un estudioso de temas de historia sí lo sabría. Este blog, sin ningún tipo de dudas, no lo sabría. El cristianismo se ha ocupado de eliminar a la competencia, ni siquiera sabemos a quiénes veneraban los pueblos que conquistaban los romanos, como por ejemplo los que estaban en la Península Ibérica antes del -218.

¿Por qué la iglesia se lleva tan bien con la monarquía? Porque es evidente que el dominio verticalista es totalmente coherente con la iglesia. Monarca e iglesia se ayudan mutuamente en una dialéctica. El monarca gobierna de manera indiscutible, por orden divina, porque es un ser superior. La monarquía afirma la creencia de que hay seres superiores. La religión es sinónimo de tiranía, totalitarismo, dictaduras. Es sinónimo de pensar que hay alguien que tiene derechos y poder sobre otros. La democracia liberal burguesa anglosajona es la antítesis absoluta a la religión. En la democracia liberal todos somos iguales ante la ley: no hay seres superiores. En todo aquel que sea verdaderamente democrático (y esté convencido sobre la democracia) hay incompatibilidad intelectual si es religioso y cree en dios.

Observemos esto en el texto argentino "El Matadero" de la primera mitad del siglo XIX (pleno apogeo en Sudamérica de las ideas iluministas). Los unitarios, quienes se identificaban como los verdaderos herederos de la revolución de Mayo, han tenddo siempre hacia el ateísmo basados en las ideas iluministas que promovían la separación entre iglesia y Estado. Nótese el pensamiento internacionalista de estos pensadores, siempre abiertos a leer la filosofía política de pensadores como John Locke y a intentar continuar los legados de las revoluciones estadounidense y francesa.

Aunque existía alguna creencia en un ser superior, esta se mezclaba con la necesidad de ser políticamente correctos y evitar ser considerados paganos. En general, los unitarios se identificaban con el humanismo y las ideas de libertad, y no compartían la noción de un ser superior ni la institución estatal de la iglesia. Por otro lado, los federales/peronistas mostraban una fortísima adhesión al catolicismo. En concordancia con esto, siempre tienen un fuerte rechazo por los libros del extranjero. Obviamente, los libros traen ideas que ellos no quieren que la población conozca.

Aunque los unitarios tenían cierta tendencia laicista, su rechazo a un ser superior se basaba en una postura filosófica más que en un fundamentalismo. Sin embargo, es innegable que, en comparación con los federales/peronistas, los unitarios eran completamente paganos. Los federales/peronistas eran fervientes seguidores del catolicismo (de hecho, este fanatismo religioso incluso les servía como chivo expiatorio, porque divulgaban en la sociedad que las cosas malas que ocurrían eran consecuencia de castigos divinos por el paganismo unitario. Esto los limpiaba de culpas a ellos, quienes en realidad con su terrible tiranía eran los verdaderos culpables de los desastres económicos), lo cual concordaba con su pensamiento verticalista y su rechazo al liberalismo. Por su parte, los liberales no suelen aceptar ser sometidos por nadie, buscando preservar la autonomía individual y rechazando la idea de un ser superior que los dominara. Esto tiene tal vez su inicio en el pensamiento cartesiano: "cogito, ergo sum". Para el pensamiento federal intervencionista, el cogito cartesiano es uno de los principios del individualismo. Nosotros podemos conectar esto con la religión. El individualismo es totalmente opuesto al verticalismo religioso.

Retomando lo de eliminar a la competencia, esto también llama a la reflexión. Si el "verdadero" dios es tan genial y nuestra religión es la mejor. ¿Por qué hay que eliminar de cuajo a las otras religiones? ¿Por qué instituciones como la Inquisición? Si sos tan bueno, deberías afrontar la competencia. ¿Por qué "nosotros" tenemos razón y, por mencionar un ejemplo azaroso, los griegos (que eran politeístas) estaban equivocados? ¿Cómo podemos confirmar/comprobar eso? ¿Quién puede afirmar que el padre de Jesús era el verdadero dios y no Zeus?

A propósito de esto, hay gente que de verdad se cree lo que dice la Biblia, ellos están convencidos y asumen por totalmente cierto que ocurrieran cosas como que hubo una persona que abrió el mar en dos y llevó a su pueblo caminando por allí. Hay personas que de verdad creen en la existencia de dios. Ahora bien, supongamos, estimado lector, que usted es uno de ellos (es apenas un simulacro, créame que no sería capaz de insultar su inteligencia pensando que esta situación ficticia fuese cierta). A lo cual yo le cuento que los antiguos helénicos sostenían afirmativamente la positiva existencia de Zeus, de Palas Atenea, de Febo Apolo y toda la muchachada divina y que efectivamente sus historias eran verdaderas. Los helénicos estaban convencidos por las acciones de sus dioses religiosos. Usted me contestaría: "¡Pero ellos creían en pamplinas! Es imposible que exista un dios de un rayo, un dios del mar, etc. Es pura mitología, pura ficción". Bueno, usted se estaría contentando solito a sí mismo. ¿Es más creíble un muchacho que abre el mar en dos a un muchacho como Aquiles, semi dios, que únicamente podía morir si atacaban su talón? Si aquellas historias al día de hoy se ven como mitología, dentro de vaya a saber uno cuántos siglos, también se verá como mitología la Biblia. Son pamplinas actuales creer en ella.

Hagamos un paréntesis con Zeus. Tanto a dios como a cualesquiera de otros dioses, los eclesiásticos los usan. Son sus marionetas. Pensemos en La Ilíada y La Odisea de Homer y comparemoslá con Trabajos y días de Hesíodo, dos autores prácticamente contemporáneos (probablemente Homero ya sido apenas una generación anterior a Hesíodo). En las obras de Homero los dioses fomentan la guerra, son valoran a los grandes guerreros, se muestran bélicos, valientes y letales con el enemigo. Por el contrario, los mismos dioses en Trabajos y días se muestran trabajadores, compasivos, valoran el esfuerzo. ¿Cómo se explica un cambio tan rotundo? ¿Cómo es que el mismo Zeus en unas obras es ferviente batallador y en la otra todo lo contrario? Justamente porque los dioses están para mostrarle el camino a los religiosos. Es una mentira esa frase "El hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios", la realidad es que los dioses están hechos a imagen y semejanza de como los eclesiásticos quieren que los hombres sean. Y por eso les muestran esos "ejemplos" divinos. En la época homérica evidentemente se valoraba la guerra, y por consiguiente se mostraban a los dioses como recompensantes de quienes guerreen, por el contrario en la época de Hesíodo evidentemente el poder de turno necesitaba gente que trabajara la tierra. Es por eso que utilizaba a los dioses, cual aparato de propaganda, como los ejemplos que tenían que seguir los ciudadanos.

A todo esto, hagamos un paréntesis en relación al mundo del trabajo. Observemos lo contradictorio, discrecional e inicuo que resulta el Estado (que es quien supuestamente debería impartir justicia y ser completamente equitativo). En Argentina, país laico, la ley de contrato de trabajo permite que muchos trabajadores de distintas religiones puedan ausentarse justificadamente en días festivos propios de su fe. Esto se traduce en una situación completamente injusta e inequitativa para aquellos que no profesan ninguna religión y no tienen derecho a un día de descanso.

¡Qué maravillosa contradicción! Un Estado que se declara laico, pero permite este tipo de privilegios para determinadas religiones. Y para empeorar la situación, son los empleados ateos quienes sufren las consecuencias. Claro está, el gran culpable de esta situación es el propio Estado que obliga los empleadores a obedecer las caprichosas y contradictorias leyes laborales. ¿Cómo puede ser que el Estado permita estas cosas en una sociedad que se dice democrática y laica?

La Estado, un aparato que nunca deja de mostrar lo absurdo que es, con la buena intención de querer brindar un respeto por las distintas creencias, termina cayendo en un perjuicio y discriminación para los ateos. Y mientras los religiosos festejan, los trabajadores que no profesan ninguna religión quedan en una situación desventajosa, sin un día de descanso propio. ¡Ah, pero claro, ellos no creen en nada! Entonces, ¿para qué necesitan descanso?

Esto es solo una muestra de cómo el Estado puede llegar a ser tan arbitrario e injusto, generando con sus intervenciones desigualdades en una sociedad que debería promover la igualdad y la libertad de culto para todos sus ciudadanos. Es hora de que se revean estas leyes laborales, se promueva la laicidad real del Estado y se respete la libertad de creencias de todos, incluyendo a aquellos que no tienen ninguna. Si el Estado es laico, absolutamente nadie tendría que tener justificado el día por ningún festejo religioso que hubiera. Si una determinada persona quiere festejar lo que le parezca, que se tome su franco ese día o que pida ausentarse y se le descuente el jornal correspondiente. O en todo caso, esto debería arreglarse entre empleado y empleador, pero nunca jamás de los jamases tiene que ser el Estado quien intervenga. Muchísimo menos un Estado que encima se reconoce laico.

Retomando, es evidente que este exterminio de culturas y creencias diferentes tiene como fin único una cuestión de poder. Porque se dice de Jesucristo que era un hombre bondadoso, misericordioso y que sabía perdonar. ¿Cómo puede ser entonces que sus seguidores prendan fuego en una hoguera a aquellos que pensaban distinto? ¿Dónde están la misericordia, el perdón y la bondad? La realidad es que nunca hubo una creencia, hubo únicamente una lucha por poder y por imponer los intereses propios.

Hay una explicación (inaudita) para esta actitud. Las autoridades cristianas creían que al prender fuego a las víctimas, ¡les estaban haciendo un favor! Aunque suene insólito, pensaban que con este acto de "bondad" de su parte liberaban a los acusados de sus pecados, purificando sus almas y permitiéndoles así acceder al cielo. Esta convicción de estar actuando en nombre de un bien mayor reflejaba la profunda creencia en su fe y en la justicia divina que supuestamente estaban impartiendo.

Esta paradoja entre la misericordia predicada por Jesucristo y la crueldad ejercida por sus seguidores destaca las contradicciones inherentes en la historia de la Iglesia. Mientras se proclamaba el amor al prójimo, se perpetraban actos de extrema violencia en nombre de la fe. Pero claro, hecha la ley, hecha la trampa. Los religiosos podían aducir que justamente los prendían fuego "por amor", para "salvar" sus almas.

También convoca la atención que la iglesia necesite financiamiento de distintos Estados. Esta es una situación totalmente injusta y arbitraria. ¿Por qué habría que financiar a una determinada creencia y no a las demás? ¿No sería lo más equitativo no financiar a ninguna (o en todo caso a todas las creencias, lo cual sería totalmente anti económico)?

En otro orden de las cosas, utilicemos falsacionismo popperiano y barajemos efectivamente la hipótesis de un creador superior. Visto y considerando la evidencia empírica (millones de muertes injustas producidas por guerras mundiales, pandemias globales, desnutrición infantil, etc. etc.) tenemos que considerar seriamente la posibilidad de que ese ser superior no sea bueno en absoluto. Más bien que sea una pésima y horrorosa persona. ¡A juzgar por los hechos parecería no ser dios, sino el mismísimo diablo el que gobierna!  Si nos dejamos llevar por lo que vemos, sentimos y sufrimos, es más probable que el maléfico Satanás sea quien nos haya creado (para divertirse con nosotros) a que nos haya quedado un dios bondadoso y todo poderoso. La otra opción sería simplemente pensar que dios es un reverendo inútil y un completo incompetente.

La evidencia de la experiencia está totalmente inclinada en contra de lo que nos contó la iglesia durante 2000 años. Sin embargo, los religiosos siempre tienen una estratagema por antonomasia para defender sus postura. Ellos dicen que todos nuestros males no son culpa de dios, sino que es es el ser humano el que se descarrió. Y que justamente es la bondad de dios la que le permite al ser humano ser libre de hacer lo que desee. Esta es una excusa bastante infantil que no puede compensar en absoluto un mundo con tantas injusticias y situaciones tristes. Pero los eclesiásticos siempre tienen que tener alguna forma de justificar las cosas. La estructura de la religión cierra a la perfección, cuando aparece un punto flojo, se inventa un parche que lo solucione y así la rueda sigue funcionando. Su defensa es fácilmente falseable.

Otra pregunta que nos surgen respecto a esto. Si a la iglesia le importa tanto la pobreza ¿Por qué en lugar de cobrar un subsidios del Estado no mejor, por el contrario, abre hospitales de primerísimo nivel (pagados con el oro de El Vaticano) en los barrios más carenciados para que quienes tengan menos recursos económicos puedan ser atendidos de manera totalmente gratuita? Incluso podrían trabajar allí los propios egresados de la Universidad Católica.

Es por esto que el liberalismo, hijo mayor del empirismo inglés de John Locke y David Hume, está en las antípodas absolutas de la religión. Para la religión, el liberalismo es el gran enemigo. La iglesia católica cuando intenta convertir al catolicismo a todos los "paganos" lo que está buscando en un pensamiento único, que no discuta su doctrina. Conseguir un pensamiento único logra que no hayan voces que discutan. El adoctrinamiento vertical necesita súbditos, esclavos con pensamiento uniforme. En cambio el liberalismo filosófico pregona que haya diferencias, cada cual puede elegir a su gusto su forma de ser y sus preferencias (incluso la religión. Aquí una paradoja, al liberalismo, incluso siendo laico a ultranza, no le molesta la religión de un individuo. En cambio a la religión sí le molesta el liberalismo de una persona). La diversidad enriquece, el crisol de razas y pensamientos construye muchísimo más que el pensamiento uniforme.

¿Por qué liberales laicos han devenido desde los filósofos empiristas? Esto es muy simple. Al ser protopositivistas estos filósofos únicamente creían en lo que podía ser conocido a través de los sentidos. La concepción de dios es metafísica, no puede ser comprobada a través de ninguno de los sentidos.

Es por eso que Faustino Valentín Sarmiento, cuando propuso esa ejemplar (para Occidente entero) ley de vanguardia llamada 1420 pensó en la obligatoriedad de una escuela laica. Sarmiento era un positivista, un hombre que se interesaba por el avance de la ciencia. Ergo esa ley le quitó el monopolio de la educación a la iglesia. La 1420 del padre del aula creó una escuela cientificista y antimetafísica. Y ahí no había lugar para dioses sobrenaturales.

En referencia a este dicótoma ciencia vs religión, el atraso intelectual de la iglesia trae como consecuencia la muerte de infinidad de inocentes. Pero desconstruyamos esto, expliquémoslo, de manera científica justamente. En términos técnicos no es que la iglesia sea la culpable de las muertes que vamos a comentar, en realidad lo que provoca eso es el conservadurismo. Y claramente la iglesia es la institución más conservadora del planeta. Durante la Edad Media en Eurasia la peste negra causó estragos y mató a casi un tercio de la población, en gran parte como consecuencia por el desconocimientos que poseían las ciencias médicas. ¿Qué hizo la iglesia? Le echaron más leña al fuego, prohibiéndoles a los médicos abrir cuerpos sin vida (disección) para investigarlos. Esta medida totalmente anti ciencia, atrasó todavía más el conocimiento de importantes saberes anatómicos que podrían haber ayudado a la medicina a avanzar muchos siglos antes de lo que finalmente avanzaría. Se hubiese ganado mucho tiempo y se habrían evitado muchísimas muertes.

En concomitancia con esto, el reconocido economista estadounidense "austríaco" Murray Rothbard en An Austrian Perspective on the History of Economic Thought destaca como ya desde el primer momento de las civilizaciones la religión va contra la ciencia, directa o indirectamente. El hombre, por una cuestión de supervivencia, debe buscar soluciones a los problemas que enfrenta. Si nuestra ciudad se inunda siempre por el crecimiento del río, debemos hacer una represa. Ahora bien, para llegar a esa conclusión es menester estudiar los fenómenos físicos (por ejemplo, las corrientes acuáticas). Esto recién se dio en Grecia con los filósofos presocráticos (por ejemplo, Tales, Anaxímenes y Anaximandro, quienes fueron grandes estudiosos de la física, es decir de la naturaleza). El resto de las civilizaciones siempre creyeron en explicaciones sobrenaturales.

Ahora bien, ¿qué ocurre si nuestra única creencia es en la metafísica, o lo que es lo mismo decir, en los dioses? No sólo no estaremos hallando la correcta explicación de las cosas (si se nos inunda la ciudad, nuestra creencia religiosa nos puede hacer pensar que esto ocurre porque Poseidón está enojado por X motivo), lo cual ya per se es bastante malo, sino que ocurre algo todavía peor: ni siquiera buscaremos la solución correcta al problema: en lugar de hacer una represa o un acueducto, lo que equivocadamente haremos será implementar rituales o modificar nuestra actitud para apaciguar la ira de los dioses (en nuestro ejemplo, Poseidón) para que el problema desaparezca. Obviamente, una pérdida de tiempo.

Por sobre todo, la religión ha devenido en un curro absoluto para mover dinero. La religión necesita pueblos ignorantes. A más nivel de ignorancia, más fácil penetración de la religión. A más ignorancia, más fácil convencer. A más libros leídos, más competencia.

Pero analicemos un poco al menos algunas cosas de la iglesia católica. La primerísima primera cosa que me hace sospechar es la virginidad de María. Como mínimo tengo que contestar "mmmmmmmm". No me cierra que esa mujer haya quedado embarazada sin haber mantenido relaciones sexuales con su pareja José. Sinceramente me cuesta creerlo. Aunque hoy en día con el avance tecnológico mi teoría se cae a pedazos: hoy en día, por intermedio de la inseminación artificial, hay madres embarazadas sin haber tenido relaciones sexuales. Cabalmente esto me hace dudar, pero sinceramente no me cierran las fechas para pensar que hace años atrás María haya conseguido embarazarse así. Lo usual en aquellos tiempos era que el aparato reproductor masculino insemine sus espermatozoides en el óvulo femenino de manera presencial (la manera convencional, digamos). Pero dejemos el margen para la duda, ya que hoy en día se puede tener descendencia de distintas formas.

La iglesia católica está perdiendo adeptos día a día: pensemos que hoy en día la gente se casa cada vez menos, se bautiza cada vez menos, etc. Tarde o temprano (lamentablemente más tarde que temprano) se quedará prácticamente sin seguidores. Fijémonos en lo "generosa" que es la iglesia para abrir las puertas. Ante tanta generosidad uno duda: ¿no será que están desesperados por conseguir gente? Fíjense que ustedes pueden ser las peores personas del universo, asesinar, violar, robar, etc. Pero si "se arrepienten" Jesús los perdonará e irán al cielo. Incluso aunque se arrepientan de sus pecados el ultimísimo día de sus vidas. Además de ser una invitación a portarse mal toda la vida, da la sensación de ser una promoción de entradas gratis a un boliche que está desesperado por tener clientela.

¿Por qué tienen un pontífice como Bergoglio? Acá sin ningún tipo de dudas actuó el departamento de marketing de El Vaticano. Como se encontraron con que las estadísticas no les daban bien, el cónclave de 2013 el colegio cardenalicio ungió como pontífice a Bergoglio. La estratagema fue la siguiente: "vamos a poner a un pontífice pobre y que hable bien de los pobres, que venga de un país totalmente desconocido". (Me supongo que también le habrán pedido antes la renuncia Ratzinger, pero no lo puedo aseverar). La iglesia necesita a un hombre popular, simpático, risueño, que convoque gente, que genere empatía. Ratzinger no cumplía con esos objetivos.

Un efecto similar ocurrió 479 años antes, cuando Martín Lutero publicó la versión en lengua vulgar de la Biblia. Hasta ese entonces (1534), dicho libro era lo que podríamos calificar de "elitista" y "excluyente", ya que estaba escrito en latín eclesiástico. Sabemos que para el siglo XI los pueblos europeos ya habían dejado de hablar latín (el proceso de "desintegración" del latín comienza con la caída del Imperio Romano de Occidente en 476) y se habían ido conformando las distintas lenguas romances. No había inteligibilidad ni entre pueblos europeos ni mucho menos con un texto en una lengua muerta (salvo para los gramáticos y eclesiásticos que estudiaran esa lengua).

En consecuencia, cuando los asistentes a la iglesia escuchaban la Biblia recitada por el cura en una lengua que había dejado de hablarse cinco siglos antes no entendían absolutamente nada de lo que el orador estaba diciendo. Ahora bien, aquí podemos considerar la idea de que Lutero fue un hombre que democratizó la Biblia, un hombre solidario que les acercó una traducción del texto a todos aquellos que no podían entenderlo.

Sin embargo, otra cosa es menester considerar: el departamento de marketing de la iglesia. Un texto que no se entiende, es un texto que no atrapa, es un texto que no puede adoctrinar. Es un texto, como habíamos dicho antes, que excluía a los cristianos. La Biblia de Lutero, publicada en lengua cotidiana y diáfana, logró llegar con muchísima más facilidad a las masas y así poder acercarla a la iglesia. Una vez más, estas son estrategias con el fin de tener más y más individuos introducidos en la fe cristiana y en la iglesia.

Otra de las estratagemas que utilizan muchas religiones es la propagación de canciones. La prédica de un cura puede ser recordada de manera parcializada, el oyente puede recordar a la postre determinados conceptos o puntos de su interés. Pero en el caso de las canciones, que son enseñadas ya desde niños, al tener una melodía y un ritmo pegadizo, con sus interminables repeticiones una y otra y otra vez, el niño termina incorporándolas para toda su vida. Es prácticamente imposible olvidar la letra de una canción incluso aunque pasen décadas.

Es muy autoritario el hecho de que la iglesia penetre en los niños ya desde pequeños (en este caso no estoy hablando en sentido literal, porque es totalmente conocido la existencia de curas pederastas activos), cuando los niños carecen de capital cultural para elegir. La mente de los niños está prácticamente en blanco, entonces es más sencillo de inculcarles ideas. Lo usual es que se bauticen, se envíen a catecismo y la confirmación a individuos que usualmente no tienen una voz propia para rechazar esas actividades. Sería muy distinta la ecuación si esas actividades tuviesen que ser tomadas por adultos con poder absoluto de decisión. El porcentaje de bautizados, catequistas y confirmados se reduciría tremendamente.

Nos gustaría conectar dos ideas de dos filósofos cuyos pensamientos nos parecen dignos de tener en cuenta, por un lado el sociólogo alemán Max Weber y por otro el historiador e investigador mejicano Juan M. Zunzunegui. En resumidísimas cuentas, en su obra más reconocida Weber sostiene que la herencia cultural católica ha hecho de las ex colonias españolas países pobres, mientras que la herencia cultural protestante ha hecho países ricos.

Esto se explica, reiteramos, en resumidísimas cuentas, porque el catolicismo valora muchísimo a los pobres, como hemos visto con el ungimiento de Bergoglio como Papa. El catolicismo indica que los pobres irán al cielo y los ricos al infierno. Esto fomenta, entonces, la costumbre de no trabajar. (Esto le venía como anillo al dedo a la monarquía y a los ricos. Los pobres no tenían incentivos para dejar de ser pobres, ya que si dejaban de serlo irían al infierno. El concepto de "infierno" en este caso es el panóptico del filósofo francés Michael Foucault. Pero además los poderosos tenían la excusa perfecta -"somos ricos porque dios así lo quiere, y ustedes son pobres porque dios así lo quiere también"- para evitar protestas de parte de los pobres. Las personas de menos recursos económicos no podían quejarse de su situación. Como mencionamos antes, los gobernantes gobernaban por "elección divina", esto implicaba que no había manera de discutir su posición de gobernante. La religión católica, entonces, hace todo lo que está a su alcance para evitar el ascenso social y mantener el status quo.

En relación con lo dicho, el ya mencionado economista Murray Rothbard hace un raconto sobre cómo incluso se produce un estancamiento económico (que obviamente impide la movilidad de clases sociales) producido por la iglesia. Durante siglos y siglos y siglos en la edad media se condenó fortísimamente la usura (aclarando que ese término no se entendía como se entiende actualmente. Hoy en día entendemos "usura" como una tasa de interés bastante elevada sobre la tasa promedio de mercado, sin embargo en la edad media el más mínimo porcentaje extra cobrado sobre el préstamo ya era considerado usura). El problema económico radica en el hecho de que las trabas (por ejemplo la condena social) al préstamo de dinero impiden que este se desarrolle con normalidad, lo cual tiene como consecuencia que muchos idóneos emprendedores que quieren fundar un negocio (que a la postre les permitirá escalar en el escalafón social) no puedan concretarlo y, de esta manera, seguir estancados en su situación patrimonial, generando así un parálisis en el desarrollo económico.

De aquí que el infierno esté tan, pero tan presente en la religión. La función que cumple el temible infierno para la iglesia es incluso más importante que la del cielo. Por eso el infierno fue tan divulgado en obras literarias y sobre todo en la pictórica (ya que la enorme mayoría de las personas no sabía leer) (la iglesia tenía prácticamente el monopolio del arte en todo el Medioevo y una parte de la Edad Moderna). Esto era un aparato de propaganda para difundir el terror en la población y poderla controlar con más facilidad.

Retomando a Foucault, podemos postular otras "funciones" que cumple el "infierno". El pecado y la culpa -y el castigo de irse al infierno- le sirven al Estado, en esta asociación que tiene con la iglesia, también para que los individuos se porten "bien" y así ahorrar recursos en poner policías en las calles. El ciudadano adoctrinado en las costumbres religiosas, entonces, cuando trata de no "pecar", está indirectamente cumpliendo con la forma de ser que pretende el Estado que tengan sus habitantes. Básicamente el Estado necesita personas sumisas que generen la menor cantidad de problemas posibles.

En su libro La historia de la sexualidad Foucault demuestra incluso como la religión se adentra en la subjetividad de las personas y las hace operar de una manera de la que no necesariamente operarían. El caso que podemos mencionar es el del adulterio. El filósofo sostiene que un individuo puede no engañar a su pareja no por el hecho de serle fiel y amarla sino -entre otros motivos que no vienen al caso en esta publicación- por el miedo de pecar e ir al infierno. En consecuencia tendríamos un no engaño no sincero.

Una pequeña mención sobre los musulmanes. Sus kamikazes son personas totalmente convencidas psicológicamente de morir por una causa que los llevará a encontrarse con Alá. Esta es la mejor muestra del poder de convencimiento de las religiones que esta donde vemos personas que son capaces de matar por sus creencias incluso aunque esto les cueste dejar la propia la vida. En este caso no habría una función "infierno", sino una función "paraíso".

Permítasenos excepcionalmente ponernos en abogados del diablo (¡Abogados del "diablo"! jeje. Justamente). Algo a favor de los cristianos hay que decir: no es usual que cristianos se muden a países no cristianos, mientras que la inverso es totalmente esperable. Si los no cristianos buscan vivir en países cristianos, es porque evidentemente en los países se vive mejor. Y si es muy poco probable que un cristiano se quiera mudar a un país no cristiano, es porque probablemente en los países no cristianos se viva peor. Los procesos migratorios suelen mostrar fehacientemente las realidades de niveles de vida de las distintas culturas. 

Por el contrario, el protestantismo, si bien no decía nada sobre ricos ni pobres, declaraba como un deber hacia dios trabajar. Trabajar, trabajar y trabajar era el mandato para ganarse el cielo. ¿Qué ocurre cuando una persona trabaja, trabaja y trabaja? Quiera o no, indirectamente, hace dinero. En consecuencia, esta cultura de trabajo ha hecho que los países que fueron convertidos al protestantismo durante el período colonial hoy sean más prósperos que los países ex colonias católicas.

Observemos esto, se dice que la codicia del hombre por el dinero trae inequidades. Ponemos un manto de duda a esta aseveración popular. ¿Qué ocurrió en América del Norte en tiempos de la conquista británica? Como ya muchos sabrán, hubo dos grandes oleadas inmigratorias: una hacia el norte y otra hacia el sur. ¿Qué buscaban los del sur? Riqueza. ¿Qué buscaban los del norte? El paraíso algunos, otros escapar de vivir en una Inglaterra con la cual no concordaban religiosamente.

Ahora bien, ¿cuál fue el territorio más violento? Contradictoriamente, el del norte (a pesar de que uno podría prejuzgar que los religiosos deberían ser más piadosos). Insólitamente quienes escapaban de Inglaterra por ser perseguidos religiosos, por ejemplo los puritanos, se volvieron tan intolerantes como quienes ellos criticaban, y tornaron el norte como una zona de división religiosa entre colonias y colonos (tal vez este explique por qué las colonias eran independientes entre sí) totalmente tolerante. Por ejemplo, es en Salem, en Massachusetts, donde hubo caza de brujas y mujeres en la hoguera. ¿Alguna vez se preguntaron por qué Canadá, otra colonia, no forma un mismo país con Estados Unidos? ¡Es porque son católicos! Su extremismo religioso no les permitió unirse.

Por el contrario, en el sur había muchísima más tolerancia religiosa. En el sur lo único que se buscaba era ganar dinero. Si una persona venía con ganas de trabajar, era bienvenida, independientemente de sus creencias religiosas. La convivencia fue muchísimo más pacífica que en el norte.

Por otra parte, Zunzunegui habla del llamativísimo concepto de "ateos católicos". Los ateos católicos somos todos aquellos que descreemos de la existencia de dios y de la religión, pero que hemos sido invadidos y sumergidos en la cultura católica. Esto es muy interesante, porque es prácticamente imposible librarnos de ser ateos católicos. Ya sea por herencia familiar, por las sociedades en las que vivimos, por los libros que consumimos, siempre el catolicismo está presente en nuestras vidas y queramos o no, no podemos evitar que esto nos penetre. Nosotros podemos descreer de dios totalmente convencidos, pero la cultura de ocio y de no apego al trabajo que pregona el catolicismo igualmente la hemos mamado desde niños. Es imposible despegarnos de las costumbres católicas que reinan coercitivamente en América Latina desde 1492, es imposible apartarnos de cinco siglos de historia.

Dejamos para ir finalizando el hecho de que muchos religiosos argumentan que, luego de haberle rezado a "X" (como puede ser una virgen o al mismísimo todo poderoso) o haber hecho "Y" procesión o promesa, han conseguido lo que esperaban. Estos hechos pueden ser explicados desde el convencimiento psicológico de esas personas. Dios es una ficción intelectual. Así como un niño le escribe una carta a Papá Noel y finalmente obtiene lo que quiere, los creyentes se autoconvencen de que dios les va a dar fuerzas para lograr algo. Y así como vimos que Papá Noel no existe de manera física pero sí abstracta lo mismo ocurre con dios.

Pensemos en un futbolista que está frente a la portería contraria y tiene la posibilidad de meter un gol. Si ese jugador no tiene confianza va a ejecutar un pase hacia el costado a un compañero. Es decir que sus posibilidades de convertir el gol serán 0 %. En cambio si ese futbolista está con mucha confianza (tal vez porque rezó mucho antes del partido) él va a patear al arco. Pateando al arco tiene al menos un 50% de posibilidades de convertir el gol.

Lo mismo ocurre con otras situaciones metafísicas como las cabalas, la mufa, macumbas, etc. Son ficciones intelectuales que operan psicológicamente en los individuos. Dios, luego de haberle rezado, no es quien lleva a una persona al éxito. Es la propia persona, la que convencida de que hay una fuerza exterior que lo va a ayudar, la que consigue su objetivo. La figura abstracta de dios es la que empuja al creyente a lograr su cometido. Así como un futbolista va a patear con firmeza un penal (al patear con firmeza la probabilidad de hacerlo con suceso aumenta) si cumplió con sus cábalas y pateará con nervios si ha sufrido una "mufa". En resumidas cuentas, pensar que es dios en persona el que ayuda a las personas es una completa falacia. Es la creencia en dios la que sí ayuda a las personas a cumplir sus deseos.

Como muestra el epígrafe de nuestra publicación, la existencia de un dios les quita presiones (y obligaciones) a las personas. Immanuel Kant nos hablaba metafóricamente de la mayoría y la minoría de edad. Para él la mayoría de edad no era únicamente cumplir una edad como pueden ser 18 o 21 años. Para Kant se puede uno morir en la senectud y seguir estando en la minoría de edad. Ser mayor de edad implica otras cosas, implica tener derechos, tener obligaciones, salir de las zonas de confort. Para el filósofo prusiano era ni más ni menos que apropiarse del uso de la razón.

La minoría de edad en cambio es el lugar cómodo, así como un niño que cede su vida al cuidado de sus padres, para Kant la minoría de edad es no leer, no informarse, el no uso de la razón, el cederle la libertad a otro que nos guíe. Es lo cómodo. Lo cómodo es ser niño, lo cómodo es estar en la minoría de edad. En otras palabras qué sino un ser superior que nos cuida y se encarga de nosotros (que de esta manera no tenemos que asumir responsabilidades propias, como dice S. Holmes). La creencia en dios, en clave kantiana, es ni más ni menos que quedarse en el bienestar de la minoría de edad. El uso de la razón es totalmente opuesto a creencia en dios.

De todos modos, tampoco tenemos que cantar victoria los cientificistas. La ignorancia de los pueblos sigue firme. Curiosamente, y llama mucho la atención, jóvenes que están abandonando la religión, pero se están pasando a otras creencias metafísicas también totalmente alejadas de la ciencia y la empiria como es la astrología. Los tiempos actuales sorprenden mucho, los mismos que defienden la no existencia de dios por no poderse comprobar científicamente, son asiduos del zodiaco, de la alineación de los planetas y de la luna y vaya uno a saber qué otras creencias totalmente sobrenaturales. Esta batalla intelectual se presenta muy desfavorable, estamos en fortísima minoría. Pero no nos daremos por vencidos, la ciencia y los datos están de nuestro lado.

Deseo concluir esta publicación parafraseando una irónica frase anónima que escuché por algún lado: muchísimas veces hemos escuchado de parte de los religisos que en épocas de crisis y desesperación (por ejemplo cuando hay mucha turbulencia en un avión) los ateos/agonósticos cientificistas nos volvemos religiosos y le pedimos a dios que nos salve; sin embargo, todo lo contrario: la realidad empírica y efectiva marca que cuando verdaderamente hay épocas de crisis y desesperación (por ejemplo pandemias como el COVID-19 de 2020) son los religiosos los que traicionan sus creencias y empiezan a confiar en que los salven la ciencia y los científicos.


Recomendamos la lectura de dos libros:
Sebreli, Juan José (2016). Dios en el laberinto.

Weber, Max (1905). La ética protestante y el espíritu del capitalismo.

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